Cuando una hormiga caeninguno se da cuenta.
Cuando yo estoy sufriendo hasta la médulasólo yo lo averiguo.
Y se me antoja hoy-no sé por qué zodíaco-que si sufro lo sepa todo el mundo.
Y que no es justo que padezca solo.
Y que alguna mujer debiera estar llorandosobre mis metacarpios.Al menos, ayudándome a llorar.
Me siento solidario con todo aquel que tienealguna torva pena, alguna neuralgia,alguna madre agónica, alguna cárcel suya.
Y sólo pediría una brocha imponentepara llenar los muros de palabras soeces,hasta que todos sepanlo enfermamente tristeque un hombre puede estar de igual manera,de igual simple maneracomo caer una hormiga.
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