viernes, 31 de agosto de 2007

NIEVE

Cuando una hormiga caeninguno se da cuenta.
Cuando yo estoy sufriendo hasta la médulasólo yo lo averiguo.
Y se me antoja hoy-no sé por qué zodíaco-que si sufro lo sepa todo el mundo.
Y que no es justo que padezca solo.
Y que alguna mujer debiera estar llorandosobre mis metacarpios.Al menos, ayudándome a llorar.
Me siento solidario con todo aquel que tienealguna torva pena, alguna neuralgia,alguna madre agónica, alguna cárcel suya.
Y sólo pediría una brocha imponentepara llenar los muros de palabras soeces,hasta que todos sepanlo enfermamente tristeque un hombre puede estar de igual manera,de igual simple maneracomo caer una hormiga.

No hay comentarios: